El 29 de junio celebramos la Fiesta Solemne de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo, ilustres hijos de la Iglesia, predicadores incansables del Evangelio de Jesucristo. La fecha bien es el aniversario de sus muertes o del traslado de sus reliquias.
En las últimas décadas, esta fiesta ha sido de importancia para el moderno movimiento ecuménico como una ocasión en la que el Papa de Roma y el Patriarca de Constantinopla han oficiado servicios diseñados para que sus iglesias más cerca de ínter comunión, como participación en lo común. Este es especialmente el caso durante el pontificado de Juan Pablo II, tal como se refleja en su encíclica.
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